El líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, reapareció ayer con un desafiante mensaje televisado en el que proclamó la victoria de la República Islámica tras 12 días de guerra contra Israel y Estados Unidos, y lanzó severas advertencias contra futuras agresiones. Su discurso, el primero desde que se alcanzó un frágil alto el fuego, fue transmitido por la televisión estatal y mostró a un Jamenei visiblemente mermado físicamente, pero firme en su retórica combativa.
Desde un lugar no revelado, flanqueado por la bandera iraní y una imagen del ayatolá Ruhollah Jomeini, Jamenei afirmó que el ataque de Irán a una base estadounidense en Qatar fue “una bofetada en la cara de Estados Unidos” y que su país está preparado para repetir acciones similares si Washington insiste en intervenir. Minimizó los efectos de los bombardeos en los sitios nucleares y acusó a EU de exagerar los resultados para proteger a Israel.
“Estados Unidos no logró nada significativo con sus ataques. Sólo buscaban evitar el colapso del régimen sionista”, afirmó. También descartó de manera tajante cualquier tipo de negociación con la administración de Donald Trump, contradiciendo declaraciones recientes del propio mandatario estadounidense. “Los estadounidenses no se conforman con nada menos que la rendición. Eso nunca ocurrirá”, sentenció el ayatolá.
Por su parte, el canciller iraní, Abbas Araqchi, respaldó esa postura al asegurar que no hay conversaciones planeadas con Estados Unidos y que Irán está reconsiderando su permanencia en el Tratado de No Proliferación. Asimismo, criticó al Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) por su silencio ante los ataques a instalaciones civiles estratégicas, alegando que no ha defendido los principios del derecho internacional.
Las dudas sobre el estado del programa nuclear iraní persisten. Según Jamenei, el daño fue superficial. No obstante, informes de inteligencia europeos y datos satelitales indican que parte del uranio enriquecido podría haber sido evacuado antes de los ataques, aunque el Pentágono rechaza esta versión.
El Tip: Ayer, Irán reabrió parcialmente su espacio aéreo, las tiendas en Teherán comenzaron a abrir y el tráfico regresó a las calles.
Defensa de la misión militar. En Washington, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, encabezó una encendida conferencia de prensa en el Pentágono para defender la operación lanzada contra Irán. Acompañado por el general Dan Caine, jefe del Estado Mayor Conjunto, Hegseth calificó los bombardeos como “históricamente exitosos” y acusó a los medios de comunicación de minimizar los logros obtenidos.
“Está en el ADN de esta sala desestimar lo que hacen nuestros soldados. Es lamentable”, declaró Hegseth, respaldado públicamente por Donald Trump a través de redes sociales. En la misma comparecencia, el general Caine presentó imágenes de las pruebas con bombas antibúnkeres y negó haber recibido presiones para presentar una visión más favorable de los resultados.
El Pentágono aseguró que los ataques dejaron fuera de operación varias instalaciones clave y que reconstruirlas tomará años. Aunque una evaluación preliminar de la Agencia de Inteligencia de Defensa había sugerido que el programa nuclear sólo se vería retrasado unos meses, Hegseth afirmó que nueva información clasificada contradice ese análisis. Citó también declaraciones del director de la CIA, John Ratcliffe, quien sostuvo que el impacto fue “severamente debilitante”.
Durante la conferencia, Hegseth lanzó duras críticas a la prensa, afirmó que el “odio ideológico” hacia Trump empaña la cobertura. “Nuestros hombres y mujeres en uniforme lograron algo extraordinario y no se les está reconociendo”, dijo. Trump calificó posteriormente la rueda de prensa como “una de las más grandiosas y confirmadoras que haya visto”.
El general Caine evitó opinar directamente sobre el impacto estratégico de los ataques, limitándose a detallar aspectos técnicos de la misión. Subrayó que sus informes se basan en datos verificables y negó haber sido presionado políticamente. “Nunca he sido instruido para cambiar una evaluación por conveniencia. Reporto lo que los hechos dictan”, concluyó.
A su vez, altos funcionarios del gobierno estadounidense comparecieron ante el Senado para presentar un balance confidencial de la operación. Legisladores como Tom Cotton y Mark Warner coincidieron en que, aunque no todo el material nuclear fue destruido, el golpe a la infraestructura fue contundente.
En el Congreso, se discute una resolución que exigiría autorización legislativa para futuras intervenciones militares en Irán. Aunque se anticipa que la iniciativa no prospere, el debate revela la tensión interna sobre el papel de EU en el conflicto.