Tijuana.
Algunos ya trabajan en la industria maquiladora ensamblando pantallas planas o equipo médico, otros se emplearon en pequeños comercios donde no les piden “tener papeles” para cargar bultos de comida de mascotas, pegar bloques o arreglar la carrocería de vehículos. Los que corrieron con menos suerte siguen vendiendo dulces en las calles de esta ciudad, pasando a formar parte del paisaje urbano.
Son casi tres mil haitianos que se quedaron varados en esta frontera o en la que decidieron quedarse cuando en enero de 2017 Donald Trump llegó a la Casa Blanca y temieron ser deportados a su país.