A pesar de que el proceso de deportación desde Estados Unidos comenzó hace dos semanas, la devolución de personas en Matamoros, Tamaulipas, ha sido “aún” muy tranquilla, aunque los albergues se encuentran listos para cualquier emergencia, aseguró Francisco Gallardo López, sacerdote y responsable del albergue San Juan Diego.
En entrevista con La Razón, comentó que en años anteriores se recibieron más migrantes por día que en este año con el nuevo programa de deportación desde Estados Unidos, aunque aclaró que se encuentran a la espera de un fortalecimiento de dicho programa para un aumento significativo de gente de regreso.
“Todavía tenemos una aparente calma, pues esperábamos por las amenazas, mayor cantidad de migrantes deportados, pero al momento ese número ha sido bajo, yo creo están esperando que se fortalezca el programa de detenciones para que la gente regrese más”, explicó.
Señaló que los albergues del noreste del país, Matamoros, Reynosa, Piedras Negras y Nuevo Laredo están listos para recibir a la gente que vaya llegando, aunque coinciden en que 500 personas deportadas diariamente en toda la zona de la frontera es muy poca, y aún no es tan relevante para prender las alertas.
“Aún no tenemos una repercusión muy fuerte en las fronteras, hay una relativa calma, pero el panorama es de incertidumbre”, sostuvo.
Además, detalló que el tema sigue siendo mediático, ya que desde Estados Unidos persiste un lenguaje de amenaza, lo que sigue teniendo efectos negativos para los migrantes que se encuentren en México, pues tienen “terror” de no poder pasar a ese país, lo que, a su vez, les genera un desconsuelo de su futuro.
Finalmente, mencionó que también hay “cierta molestia” de las personas de los municipios más cercanos a la frontera, pues temen que exista una situación de emergencia y les afecte directamente; por ello, reiteró que la calma “es relativa”, pues se desconoce lo que va a pasar.