CIUDAD DE MÉXICO.
Si alguien tiene autoridad para sentenciar que el talento no tiene su base en la popularidad que puedan tener figuras de las redes sociales, esa es la actriz Rebecca Jones, quien se ha mantenido en la actuación durante 35 años y no sólo eso, sigue protagonizando historias, como sucede con Las malcriadas que comienza el próximo lunes.
No entiendo por que llaman a los que tienen más seguidores, eso no es garantía de talento, no es garantía de que sepan actuar. Hay que ser bien claros, hay una confusión en cuanto a saber y cuál es el talento y la popularidad. Los YouTubers o blogueros podrán tener seguidores, pero eso no es garantía de nada”, dijo enfática a Excélsior.
El oficio es el oficio y el talento es el talento. No soy mucho de redes sociales, las tengo por mi trabajo, pero la realidad es que no me parece que sea determinante y creo firmemente que de pronto nos vamos a regresar a donde estábamos, al verdadero talento y no a la popularidad mediática. No entiendo cómo el talento se pueda justificar con cuántos seguidores tienes”, ahondó.
La actriz que ha participado en tramas como Cuna de lobos, Para volver amar, La doña, La vida en el espejo, Imperio de cristal y La sonrisa del diablo, entre muchas más, y quien goza del cariño del público y el respeto de productores, ve con tristeza que algunos nuevos exponentes pierden el piso fácilmente.
“Creo que los actores que empiezan deben tener mucha hambre, mucha ubicación, veo mucho mareado por ahí, que les están dando su primera oportunidad y tienen unas actitudes de divos; algún día tendrán el derecho pero no cuando no han logrado nada, no es el momento.
Todos los actores que llevamos muchos años en el medio empezamos con una actitud de recibir indicaciones y acatar órdenes, si no teníamos camper o camerinos nos podíamos cambiar abajo de un arbolito. Todo eso nos hace madurar y lo tenemos que vivir, pero los chicos de ahora no lo entienden así y con esas actitudes no perduran en esta carrera”, sentenció.
Rebecca Jones es de la generación en la que los ratings en la televisión marcaban 40 puntos o más, es decir, la mitad de la población estaba viendo su proyecto. La situación cambió radicalmente y eso lo tiene muy claro la actriz, quien sigue encabezando elencos de televisivos.
Cuando empecé la carrera no había tantas plataformas y efectivamente ha cambiado la forma de hacer trampas caseras en televisión abierta. Ya no se puede medir a la audiencia igual, ahora se tiene que conquistar a otro tipo de público, y en otros espacios, y tenemos que recuperar ese público que ha dejado de ver la televisión. A lo mejor sigue viendo los mismos programas pero en otras plataformas y es algo que no nos debe espantar, hay que conquistar”, explicó.
Ese es el caso Las Malcriadas, que antes de salir al aire ya está vendida a la plataforma Amazon, lo que le dará mucha proyección.
Quiere decir que vamos a estar en todo el mundo al mismo tiempo, a la par que en la televisión abierta. Eso es bueno porque llegamos a otro público”, dijo emocionada.
Jones es pionera en muchos sentidos, participó en la telenovela que materialmente paralizó a México, Cuna de lobos; además comenzó hace muchos años con tramas diferentes y retomó el rol de la mujer en historias como Para volver amar.
Además de incursionar como productora, fue de las primeras en que no se amarró a una sola empresa y que por el contrario ya ha estado en diversas televisoras, situación muy común ahora, pero que hace 20 años era como un suicidio profesional.
Tengo más de 15 años de no estar en una sola empresa, fui pionera, ahora todos lo hacen, pero por necesidad, no porque quieran, eso lo sabemos; yo sí, me fui cuando tenía que ser. La realidad es que el talento es un cheque al portador y abre puertas, así lo he vivido”, dijo.
En Las Malcriadas le da vida a una dulce mujer de la alta sociedad que tiene una agencia de colocaciones de empleadas domésticas, pero de ahí también nutre un prostíbulo.
“Es un personaje muy retorcido, es el mejor que me ha tocado interpretar, es de esos villanos tan inteligentes y seductores que terminas llevándotelos a casa.
Para realizarlo tuve que estudiar tratados de sicología y entender a los sicópatas, que son encantadores y con una sonrisa te dicen las peores barbaridades, creo que eso es lo que más disfruto”, concluyó.