Washington y Nueva York. A pesar de las medidas antimigrantes del gobierno de Donald Trump, el número de mexicanos que intentan ingresar a Estados Unidos sin documentos se incrementó casi 30 por ciento en abril, lo cual podría ser un primer indicador de que, después de una pausa, el flujo de indocumentados que tratan de entrar por la frontera estadunidense empezará a crecer de nuevo.
«Sospecho que mucho del incremento (de mexicanos) es por la temporada. Ahora estamos viendo un flujo migratorio históricamente tradicional, mayoritariamente mexicano y adulto», explicó Adam Isacson, experto en migración en el Washington Office on Latin America (WOLA), a La Jornada. «Por décadas, la población (migratoria) se incrementa de manera significativa en la primavera; entonces estoy suponiendo que el cambio de temporada es el factor principal» (https://x.com/adam_wola/status/1922028209236803823).
Durante el gobierno de Joe Biden se registró un incremento dramático en familias con niños intentando cruzar la frontera a Estados Unidos, pero Isacson dijo que el aumento reciente ha sido en gran parte sólo de adultos. En entrevista con La Jornada, declaró que gente que trabaja en la frontera reporta que otra explicación del aumento es por los deportados que pretenden regresar a Estados Unidos.
Los nuevos datos oficiales del gobierno estadunidense también podrían ser la primera indicación de que los esfuerzos del gobierno de Trump de frenar el flujo migratorio podrían no ser efectivos a largo plazo. Isacson recuerda que en 2017, después de que el republicano fue electo presidente por primera vez, el número de migrantes cruzando la frontera también se desplomó dramáticamente antes de empezar a subir de nuevo en mayo de ese año. Esta vez, el incremento en intentos de cruce está empezando un mes antes.
En marzo, las cifras más bajas que se podrían lograr
«Cada medida dura en la frontera reduce la migración de manera severa. Pero la gente que siente la necesidad absoluta de llegar a Estados Unidos es disuadida sólo por poco tiempo antes de que ellos y los contrabandistas busquen nuevas maneras de ingresar otra vez», explicó Isacson. «No pronosticaría una ola gigante de migración durante los próximos meses, en gran parte porque el asilo ya no existe. Pero pienso que ya hemos visto, en marzo, los números más bajos que la medida dura de Trump podría lograr» (https://x.com/adam_wola/status/1922028206778962371).
Muchos migrantes de otros países que están en México han tomado una actitud de «espera y veremos» a las nuevas medidas de Trump, comenta Isacson. Como informó La Jornada (https://www.jornada.com.mx/2025/05/13/politica/007n3pol), el Instituto Nacional de Migración reportó una reducción de las detenciones y deportaciones de extranjeros de 62 por ciento en el primer bimestre de 2025. Pero aún hay un número enorme de migrantes de otros países en México en espera de una oportunidad para ingresar a Estados Unidos.
La demanda de mano de obra para quienes logran cruzar está a la vista por varias partes de Estados Unidos. En un viaje por Maryland y Pensilvania el pasado fin de semana, La Jornada observó innumerables avisos de «se solicita ayuda» en varios pueblos, con comerciantes, granjeros y hasta funcionarios públicos quejándose de la falta de empleados. «Una reducción drástica en inmigración podría llevar a escasez de mano de obra, especialmente en algunos sectores críticos como construcción de vivienda, cuidado de una población creciente de tercera edad, granjas y plantas de procesamiento de carnes», reportó Axios este mes. Según una encuesta de ejecutivos de la empresa laboral Littler, 75 por ciento expresan que las políticas de inmigración del gobierno de Trump están entre sus mayores preocupaciones por el impacto potencial sobre sus negocios.
Los medios reportan que granjeros y otros cultivadores están particularmente preocupados por la falta de mano de obra migrante para todos, desde la cosecha de verduras hasta el cuidado de animales y el manejo de viveros, entre otros rubros agrarios.
El millón de deportados
En tanto, el gobierno de Trump sigue batallando para lograr su meta de deportar a un millón de inmigrantes este año. A principios de esta semana, Reuters reportó que la FBI ha ordenado a sus agentes dedicar más tiempo a la tarea de deportación y menos a la investigación de delitos de «cuello blanco», incluyendo corrupción, sobornos en el extranjero, la cleptocracia y la influencia extranjera en Estados Unidos.
Como parte de su campaña para que el país sea menos hospitalario y, de hecho, depurarlo, el gobierno de Trump avanza en su propuesta de anular el derecho constitucional a la ciudadanía por nacimiento en Estados Unidos para hijos de padres indocumentados, y este jueves la Suprema Corte escuchará los argumentos iniciales sobre esta iniciativa.
Los demócratas no han logrado frenar las medidas antimigrantes –algunas se han congelado en tribunales–, pero aún peor, algunas de las figuras influyentes de ese partido, supuestamente de oposición, están cediendo ante la ofensiva. El gobernador de California, Gavin Newsom, quien tiene aspiraciones presidenciales, está proponiendo reducir el acceso a servicios de salud para los indocumentados en su estado.
Por otro lado, el jefe en funciones de la agencia de control migratorio ICE informó ayer al Congreso que desde el inicio del gobierno de Trump se han registrado nueve muertes de inmigrantes detenidos por esta oficina.