Rusia empezó el miércoles a evacuar a cientos de niños de localidades fronterizas con Ucrania, blanco de intensos bombardeos desde hace días, y donde la situación es “alarmante” según el Kremlin.
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Los ataques se multiplican en territorio ruso desde hace semanas, entre ellos algunos de los más graves son el asalto con drones contra Moscú el martes o una incursión armada en la región de Belgorod, en la frontera con Ucrania, la semana pasada.
El gobernador de Belgorod, Viacheslav Gladkov, anuncio el miércoles el inicio de la evacuación de menores en dos localidades de la región, que recibieron intensos disparos de artillería y de mortero.
A partir de hoy estamos evacuando a nuestros niños de los distritos de Shebekino y Graivoron”, dijo. “Un primer grupo de 300 niños va a ser enviado hoy a Voronej”, una ciudad ubicada a unos 250 kilómetros más al noreste.
Un periodista de la agencia oficial Ria Novosti cerca de Voronej dijo que llegaron a la localidad autobuses con unas 150 personas a bordo.
En Kiev murieron tres personas, incluidos dos niños, en un ataque aéreo contra la capital ucraniana, informaron la Administración Militar y el alcalde de la ciudad.
Entre tanto, las tensiones con Occidente se agravaron el miércoles cuando Alemania anunció una drástica reducción del personal diplomático ruso en su territorio, con el cierre de cuatro de cinco consulados.
Moscú tachó la decisión de “provocación irreflexiva” y prometió una “respuesta justa”.
En Washington, el Pentágono anunció un nuevo paquete de armas por 300 millones de dólares, incluyendo sistemas de defensa aérea y decenas de millones de rondas de municiones.
Más bombardeos
Por su parte, Gladkov aseguró que la situación estaba “empeorando” en Shebekino, donde se produjeron más bombardeos durante el día, pero sin víctimas.
El responsable difundió imágenes después de los bombardeos de la mañana con coches calcinados cerca de un área de juego, y un proyectil que había caído en una carretera.
Nadie, gracias a Dios, murió”, dijo Gladkov, añadiendo que cuatro personas resultaron heridas.
Un persona falleció la víspera y otras dos quedaron heridas en un bombardeo ucraniano contra un centro de desplazados en la región.
Estamos realmente preocupados por esta situación. El bombardeo de objetivos civiles continúa” en Belgorod, dijo el miércoles el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
No hemos oído ni una sola palabra de condena de la parte de Occidente”, denunció. “La situación es realmente alarmante. Se están tomando medidas”, añadió.
Esta advertencia llega en momentos en que parece que Rusia no logra contener los ataques en su territorio, y coincide con las afirmaciones de Kiev sobre los últimos preparativos de una gran contraofensiva en el terreno.
Las fuerzas rusas lanzaron esta semana varias oleadas de bombardeos contra la capital ucraniana, Kiev, con misiles y drones explosivos.
Kiev niega cualquier “implicación directa” en este ataque.
Estados Unidos afirmó que no apoya ningún ataque en territorio ruso y dijo que se ha centrado “en proporcionar a Ucrania el equipo y la capacitación que necesita para recuperar su propio territorio soberano”.
Buque ucraniano “destruido”
La semana pasada, decenas de hombres armados procedentes de Ucrania irrumpieron en la región de Belgorod y sembraron el pánico durante dos días, antes de ser repelidos por la aviación y la artillería rusas.
Desde entonces, las zonas fronterizas de la región de Belgorod son bombardeadas a diario.
Más al sur, en Ilsky, en la región de Krasnodar, cayó el miércoles un dron dentro del perímetro de una refinería de petróleo, sin causar víctimas ni daños, anunciaron las autoridades locales.
Esta misma refinería fue blanco a inicios de mayo de dos ataques con drones que provocaron incendios.
En Ucrania, cinco personas murieron y 19 resultaron heridas en un bombardeo de las fuerza de Kiev en una zona ocupada por las tropas rusas en la región de Lugansk (este), informaron las autoridades afines a Moscú.
Rusia reivindicó este miércoles la destrucción en el puerto ucraniano de Odesa del navío “Yuri Olefirenko”, presentado por Moscú como el “último” gran buque de guerra ucraniano todavía operativo.
El 29 de mayo, un ataque de alta precisión de la fuerza aérea rusa en la zona de anclaje en el puerto de Odesa destruyó el último buque de guerra de la marina ucraniana, el ‘Yuri Olefirenko'”, informó el ministerio de Defensa ruso en su boletín diario.
El portavoz de las fuerzas navales ucranianas, Oleg Chalyk, contactado por la AFP, no desmintió formalmente los hechos, pero pidió no “brindar mucha atención” a las fuentes rusas.