Revés judicial para la UEFA sobre la Superliga; la batalla se reabre

Lausana. La justicia europea infligió este jueves un revés a la UEFA al estimar que sus reglas de 2021 en contra de la Superliga, el proyecto competidor de la actual Liga de Campeones, son contrarias a derecho, una decisión que parece reabrir la batalla sobre el futuro del futbol europeo.

«Las normas de la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA) y de la Unión de Asociaciones Europeas de Futbol (UEFA) que supeditan a su autorización previa cualquier proyecto de nueva competición de futbol de clubes, como la Superliga, y que prohíben a los clubes y a los jugadores participar en la misma, so pena de sanciones, son ilegales», indicó en un comunicado este tribunal con sede en Luxemburgo.

El TJUE, que se pronuncia sobre las reglas de la FIFA y de la UEFA en vigor en 2021, en el momento en el que se lanzó el procedimiento, estima que los poderes de esas dos organizaciones no han ido acompañados de «criterios que permitan garantizar su carácter transparente, objetivo, no discriminatorio y proporcionado», por lo que considera que «están abusando de su posición dominante».

Precisa, sin embargo, que ello no significa que el proyecto de la Superliga «deba ser necesariamente autorizado», subrayando que se pronuncia de forma general sobre las reglas de la FIFA y la UEFA, y no sobre ese «proyecto específico».

Pero inmediatamente después, la empresa A22, creada para organizar la Superliga, anunció un proyecto de torneo con 64 equipos, «sin ningún miembro permanente», repartidos en tres categorías, con un sistema de ascensos y descensos, prometiendo su difusión a través de una plataforma de streaming, pero sin precisar calendario ni qué clubes participarán.

Antes, el patrón de A22 reaccionó en la red social X felicitándose por la decisión del TJUE: «El monopolio de la UEFA ha terminado. El futbol es libre».

La poderosa Asociación de Clubes Europeos (ECA, por sus siglas en inglés) aseguró que el futbol europeo está «más unido que nunca contra los intentos de algunos individuos» de organizar torneos privados y reiteró su apoyo a la UEFA. «Espero que empiecen su magnifica competición con dos clubes», ironizó el presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin.

Interpretaciones diversas

Real Madrid y FC Barcelona, los grandes clubes que continúan defendiendo el proyecto de una competición alternativa, recibieron con gran satisfacción la noticia.

«El futbol europeo no es ni será nunca más un monopolio», celebró el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez.

Para el FC Barcelona, la decisión del TJUE «abre la vía a una nueva competición de futbol de máximo nivel en Europa al manifestarse en contra de la figura del monopolio en el mundo del futbol».

Pero desde la UEFA, la lectura es diferente y se minimizó el alcance de esta sentencia, subrayando que se refiere a «un aspecto técnico» que ya había reconocido y corregido en junio de 2022 con nuevas reglas.

«Ese fallo no significa una aprobación o una validación de la llamada Superliga. Subraya más bien una laguna preexistente» en la reglamentación de la UEFA, dijo, señalando su «confianza» en la legalidad de las nuevas normas.

Clubes como Atlético de Madrid o Manchester United, que formaban parte de los 12 equipos favorables al proyecto inicial, apoyaron en esta ocasión a la UEFA frente al proyecto disidente.

«Alemania, Francia, Inglaterra, Italia, España (a excepción del Real Madrid y Barcelona), no quieren la Superliga», aseguró en un comunicado el club colchonero.

Otras entidades reaccionaron a la sentencia del TJUE reafirmando su postura contraria a la Superliga.

La Liga española de futbol (LaLiga) subrayó también en las redes sociales el carácter «egoísta y elitista» que tendría la Superliga al ser «un modelo cerrado» organizado por una serie de clubes ricos, sin acceso al resto.

La asociación de hinchas Football Supporters Europe consideró que «no hay espacio en el futbol europeo para una Superliga separatista».

Un motín de 48 horas

La amenaza de una secesión parcial de los clubes más poderosos, que sueñan con un modelo lucrativo similar al de los campeonatos cerrados norteamericanos a la vez que quieren seguir en las actuales ligas nacionales, planea sobre el futbol europeo desde hace dos décadas.

En abril de 2021, 12 grandes clubes habían anunciado su propia competición privada, con un enorme potencial comercial, adelantándose al anuncio de reforma de la Liga de Campeones que se disponía a realizar la UEFA.

Atacadas por sorpresa, la UEFA y la FIFA amenazaron con importantes sanciones.

La fuerte oposición de sectores de hinchas y el gran revuelo organizado, especialmente en Inglaterra, llevaron pronto a que nueve clubes del proyecto renunciaran públicamente a seguir en el mismo. El motín se sofocó en menos de 48 horas.

Dos años después, Real Madrid y FC Barcelona siguen sin renunciar a la idea de esa competición alternativa, que sin la presencia de otros grandes clubes en el proyecto parece en cualquier caso en vía muerta.