El acoso sexual en las empresas sigue preocupando por que afecta mayormente a la población femenina. Un estudio de la firma de gestión de riesgos Kroll revela que en 8 de cada 10 casos, las víctimas son mujeres.
El reporte indica que 83 por ciento de las personas que presentan este tipo de situaciones en su trabajo fueron mujeres de entre 20 y 30 años de edad, las cuales ocupaban puestos operativos.
La investigación señala que 9 de cada 10 agresores fueron hombres con posiciones jerárquicas superiores a la víctima. Aunado a ello, la mitad fueron personas de entre 50 y 60 años de edad.
Si bien, la importancia que dan las empresas a los casos de acoso sexual es mayor, la consultora identificó que esto se debe en buena parte a la existencia de las redes sociales.
Basta con que alguien realice una denuncia en alguna plataforma para que el asunto pueda adquirir dimensiones globales, más si el asunto involucra a altos funcionarios o ejecutivos de empresas de renombre. Este es un factor que no se tenía hace una década y que ahora desempeña un papel relevante, resalta el estudio.
Menos tolerancia
Aunado a ello, indica el análisis, el acoso sexual ya no se tolera como antes, pues las nuevas generaciones que se están insertando en el mundo laboral están mucho más preparadas, conscientes de sus derechos y están dispuestas a exigirlos y hacerlos respetar.
Los datos de la consultora indican que poco más de la mitad de los casos, en los que ha investigado Kroll en América Latina, han ocurrido en México, 22 por ciento en Brasil, 7 por ciento en Colombia, 6 por ciento en Argentina, así como 5 por ciento en Panamá y Costa Rica, cada una.
En el reporte también se identificó que 55 por ciento de los casos fueron conductas verbales, es decir, la persona afectada informó que el acoso sucedió a través de verbalizaciones como comentarios, chistes o insinuaciones verbales.
Un 31 por ciento fueron conductas no verbales, como miradas lascivas o señas, mientras el acoso físico –como tocamientos no consentidos– se observó en 14 por ciento de las denuncias.
El impacto económico del acoso sexual en las empresas es considerable, pues se estima que cada caso oscila entre 265 mil y 500 mil dólares, sin considerar el daño reputacional y emocional.
Protocolos no son efectivos
Kroll acotó que este costo implica ausentismo laboral por parte de la víctima, menor productividad, litigios, costos de contratación, pérdida de trabajadores, rotación de personal, así como afectaciones a la salud de las víctimas.
Entre las medidas adoptadas por las organizaciones incluyen el despido del acosador en 66 por ciento de las denuncias y sólo en 11 por ciento hubo acciones legales.
Si bien en 7 de cada 10 empresas donde ha ocurrido este comportamiento negativo contaban con protocolos para actuar, en la mitad de las empresas con guías para actuar no fueron efectivos los controles.
Una buena proporción de las empresas que operan en América Latina no cuentan con mecanismos o protocolos efectivos para prevenir, detectar y atender casos de acoso sexual, señala el reporte.