Mexicano se declara culpable de transportar a 85 migrantes en Texas; enfrenta 20 años de cárcel

LOS ÁNGELES, California.- José Luis Vega-Arzate, de 31 años, se declaró culpable de transportar a 85 migrantes dentro de un tráiler como parte del pago que hizo a traficantes que lo introdujeron a Estados Unidos de manera indocumentada, informó el día de ayer (viernes) el Departamento de Justicia de dicho país.

Oriundo de Tamaulipas, el joven se declaró culpable de transporte de migrantes con fines de lucro, luego de ser descubierto mientras manejaba un camión con decenas de indocumentados el pasado 11 de mayo.

El mexicano fue descubierto al conducir el camión hasta un puesto de control de la Patrulla Fronteriza al Norte de Laredo, Texas.

Tras dos revisiones localizaron 85 migrantes encerrados en el tráiler
De acuerdo con EFE, el hombre se mostró nervioso, además de tener problemas para cambiar de marcha en la inspección inicial hecha al vehículo. Sin embargo, fue en una segunda revisión, en donde las autoridades descubrieron que dentro del tráiler había 85 migrantes encerrados.

Tras ser interrogado, Vega-Arzate declaró a las autoridades había pagado 8 mil dólares para ser pasado de México a Texas de contrabando.

Después, el hombre se ofreció como voluntario para conducir el camión con remolque a través del punto de control de la Patrulla Fronteriza para recibir “una gran reducción en su propia tarifa de transporte”, se lee en el comunicado del Departamento de Justicia.

Enfrenta hasta 20 años de cárcel
Pese a no tener experiencia ni licencia para manejar un camión con remolque en Texas, el mexicano contó que fue advertido por los traficantes de que no se detuviera camino a San Antonio “porque los indocumentados podrían morir por falta de ventilación debido a la falta de movimiento del tráiler”.

Debido a esto, Vega-Arzate enfrenta una condena de hasta 20 años en una prisión federal, así como una posible multa de 250 mil dólares.

Poco más de un mes después, el 27 de junio, ocurrió el caso donde 53 migrantes fallecieron mientras eran transportados en una carretera de San Antonio, Texas, conocida como la tragedia de contrabando más letal en la historia de Estados Unidos.