Las 5 armas para pasar a la ofensiva contra el coronavirus

 

 

A medida que la pandemia de COVID-19 se desplaza por el mundo, miles de millones de personas parecen simplemente esperar, en el doble sentido del tiempo y la esperanza. Esperar que una vacuna eficaz, segura y accesible en gran escala logre terminar de manera definitiva la amenaza del nuevo coronavirus, algo que podría suceder entre un año y 18 meses. Esperar que la inmunidad de aquellos que ya sufrieron la enfermedad sea duradera. Esperar que la combinación de otras medidas —quedarse en casa, lavarse las manos— aplane la curva de contagios para ganar tiempo.

 

Cinco armas

Citó un estudio publicado en JAMA sobre 32.000 pacientes de coronavirus en Wuhan, realizado por las escuelas de salud pública de Harvard (Cambridge, Massachusetts) y de Tongji (Wuhan, China). El estudio muestra cómo las estrategias de contención llevaron la tasa de contagios de SARS-CoV-2 de cuatro a menos de uno, lo cual se considera el punto en que comienza el fin de una epidemia.

 

La respuesta de Wuhan fueron “cinco elementos, cinco armas”, sintetizó Kim. Al utilizarlas simultáneamente, “la tasa de transmisión volvió a caer, al punto que cada caso producía menos de uno más. Cuando eso sucede, una epidemia se extingue”. Esas armas fueron:

1) pruebas de detección del coronavirus: comenzaron un testeo amplio, para encontrar a los infectados (con o sin síntomas);

2) rastreo de contactos: identificaron con quiénes habían estado los infectados, los contactaron y les hicieron el análisis;

3) aislamiento: pusieron en cuarentena a la gente que creyeron que podía tener el virus y hospitalizaron a aquellos que estaban enfermos;

4) tratamiento: aumentaron en gran escala el sistema de salud, al punto de haber construido más de 12 hospitales nuevos dedicados a tratar pacientes en las etapas tempranas de la infección por el coronavirus;

5) mantuvieron medidas de distancia social.

“Al usar estas cinco armas, Corea del Sur, Singapur, Taiwán y Hong Kong también lograron controlar al virus. Pruebas de países de todo el mundo, incluyendo Alemania y Australia, sugieren con firmeza que sólo esta respuesta completa de cinco partes es capaz de detener el COVID-19”, subrayó Kim. “Italia todavía no ha desplegado todo el arsenal; allí, la propagación del virus se ha ralentizado, pero no lo suficiente como para detener el brote y permitir el reinicio de la economía. España se enfrenta al mismo problema. En los Estados Unidos, estamos viendo un aplanamiento de la curva en lugares donde el distanciamiento social se ha practicado rigurosamente”.