La NASA lanzó la noche del martes una misión para estrellar deliberadamente una nave espacial contra un asteroide, un ensayo en caso de que la humanidad necesite un día impedir que una roca espacial gigante acabe con la vida en la Tierra.
Puede sonar a ciencia ficción, pero el DART (Double Asteroid Redirection Test) es un experimento real.
Retransmitido en directo por la televisión de la NASA, el aparato despegó a las 22H21 locales del martes (06H21 GMT) a bordo de un cohete SpaceX desde la Base de la Fuerza Espacial Vandenberg en California.
Su objetivo es Dimorphos, una «luna» de unos 160 metros (dos estatuas de la libertad) de ancho, que rodea a un asteroide mucho mayor llamado Didymos (780 metros de diámetro). Juntos, forman un sistema que órbita en torno del Sol.
«Asteroide Dimorphos, ¡vamos a por ti!», tuiteó la NASA después del lanzamiento. Más tarde indicó que el DART se había separado con éxito de la segunda parte del cohete.
El impacto debería producirse en el otoño boreal de 2022, cuando el par de rocas se encuentren a 11 millones de kilómetros de la Tierra, el punto más cercano al que pueden llegar.