El oficio del fotoperiodismo no es algo sencillo, en ocasiones es incómodo y aquellos que ejercen esta profesión llegan a ser juzgados por la misma, sin embargo, es necesario en una sociedad democrática que existan personas que registren estos hechos en el momento y para la historia.
Esto fue algo de lo que Harold Torres se volvió consciente cuando dio vida a Santiago, un fotógrafo de nota roja que trata de cubrir la mayor cantidad de escenas diariamente en Desaparecer por completo, la cual después de convertirse en la quinta cinta mexicana más taquillera en 2024, hasta ahora, llegó ayer al streaming a través de Netflix.
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De principio, apartar mis juicios de esta profesión, es decir, no juzgarlo a través de unas cuestiones éticas o morales porque también me encontré con que es algo que alguien tiene que hacer, alguien tiene que enterrar a los muertos, alguien tiene que levantar el cadáver, alguien tiene que encargarse de las cuestiones forenses, entonces, toda esta parte de
desensibilización que hay en el personaje de estar en contacto constante con esto. Cuando uno ve las fotos de (Enrique) Metinides inmediatamente uno se da cuenta de que son imágenes aterradoras, a veces entre otros muchos adjetivos.
Él captura ese momento y eso es lo que más me llama la atención porque no sólo es la nota roja o los paparazzi, también los periodistas que van a cubrir las guerras, como lo que está pasando ahorita en Palestina, porque si no fuera por ese tipo de videos o de fotografías no sabríamos o percibiríamos de la misma manera que si fuera sólo de un reportaje leído. Para mí, es de suma importancia todo esto, evidentemente a nadie le gustaría que le tomaran una foto en una mala situación, pero sigue siendo una cosa compleja el poder juzgar o no a alguien que se dedica a esto, por lo menos desde mi aproximación para el personaje, tenía que dejar de lado eso”, compartió Torres con Excélsior.
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Harold sabe que el oficio del fotoperiodista no es sencillo, ya que todos los días están en busca de la nota, sus horarios no son los de una oficina y viven cosas que la mayoría de las personas no.
He convivido con bastantes fotoperiodistas por ejemplo, en los festivales, que tienen que ver más con esta parte de la cultura, no me dio tiempo de meterme de lleno y entablar comunicación con uno en específico, pero sí me fui a dar una vuelta a los accidentes que se mencionaban en las redes sociales, y lo hacía más para entender cómo era, cómo se hacía porque estos periódicos de nota roja abogan al morbo de la gente, que cada que hay un accidente todo mundo disminuya la velocidad para ver qué sucedió.
También me nutrí de fotoperiodistas de guerra, reporteros de guerra como Gervasio Sánchez, también escuché mucho a Pérez Reverte, entre otros que dimensionan no sólo el fenómeno de estar en la guerra, sino estar en confrontamiento constante con la muerte te hacer ver la vida de una manera completamente diferente y eso es lo que tiene a este personaje, a Santiago, en el comportamiento que tiene”, agregó
La película de Luis Javier Henaine, protagonizada por Torres, presenta a un ambicioso e insensible fotógrafo que comienza a sufrir un misterioso padecimiento que le hace perder, uno por uno, los cinco sentidos, una de las cosas que para el originario del Estado de México es algo verdaderamente aterrador, y más cuando decidió explorar el thriller y dejar un poco la comedia.
Más allá del género que es una cosa importantísima en lo que tiene que ver de la película en sí, sino de la respuesta del público, es decir, tenemos una audiencia ávida de ver películas de terror y de thriller, hay mucha gente que sí le gusta, más allá de esto había un riesgo bastante alto de todos los involucrados en hacer esta película porque es de esas que un pequeño detallito que no entre dentro de ciertas cosas que nos dé la posibilidad de que la película salga adelante, cualquier resbalón de actuación o tono, nos hubiera generado problemas serios, de eso me di cuenta cuando leí el guion y eso fue el riesgo importante más allá del género.
Hubo mucha investigación sobre el tema de los sentidos, entre muchas otras cosas que lo generaba un personaje muy complejo y difícil de representar. Por fortuna he tenido la oportunidad de pasar por diferentes géneros y me siento mucho más cómodo en el drama pero eso más allá de comodidad trato de buscar cómo abordar los personajes de diferentes formas y para Santiago sí fue un reto concebir la vida sin sentidos”, concluyó.