Nuevo Laredo, Tamps. La ganadería en la región de Nuevo Laredo atraviesa un proceso de transformación comercial, impulsada por la necesidad de adaptarse al cierre del mercado estadunidense para el ganado bovino local. En respuesta, los productores han comenzado a fortalecer sus lazos con compradores nacionales, especialmente en el centro del país.
Este giro forzado ha traído consigo una reactivación del comercio interno y un ligero repunte en el consumo local, según confirmaron integrantes de la Asociación Ganadera de Nuevo Laredo. Aunque los precios no alcanzan los niveles de exportación, el mercado interno se ha convertido en una alternativa viable y más accesible.
Antes del cierre, Estados Unidos pagaba hasta 3.45 dólares por libra de ganado en pie, un precio difícil de igualar en México. Sin embargo, los costos y exigencias sanitarias para exportar se volvieron insostenibles, por lo que los productores optaron por vender en el país, donde los procesos son más ágiles.
Genaro Salas Martínez, productor local, explicó que la estrategia ahora se centra en enviar el ganado a corrales de engorda nacionales, desde donde se distribuye a carnicerías y centros de abasto. Esta nueva ruta comercial ha resultado menos rentable, pero más constante.
Uno de los retos que persisten es el bajo consumo de carne local en la propia frontera. “La carne regional no compite tanto por precio, sino porque el mercado está saturado por cadenas nacionales con canales de distribución más grandes”, señaló Salas Martínez.
Aun así, los ganaderos ven con optimismo el cambio, pues representa una oportunidad para fortalecer el mercado interno, reducir la dependencia de la exportación y posicionar la carne local como una opción de calidad para el consumidor mexicano.