Cuernavaca, Mor. Más de 20 mil personas, vestidas de color blanco, marcharon ayer por la denominada marcha por la paz, que encabezó el obispo de la diócesis de Cuernavaca, Ramón Castro Castro, quien en su discurso exigió a los tres niveles de gobierno detengan la violencia, la inseguridad y la impunidad que se padece en Morelos y en otras entidades del país, debido a la infiltración del crimen organizado en casi en todos los sectores, incluidas las administraciones gubernamentales.
En la mayoría de los municipios morelenses “el crimen organizado se ha infiltrado tanto que hace casi imposible no toparse con él. Y aunque nadie lo dice, los funcionarios públicos saben que a los líderes del narco hay que pedirles permiso para hacer muchas cosas”, señaló en el mensaje que dio en la catedral de Cuernavaca.
Antes, la caminata inició a las 9 de la mañana de la iglesia de Tlaltenango hacia el centro de la ciudad, cerca de las once terminaron de llegar al atrio de la catedral. La mayoría portaba banderines blancos con leyendas como “Todos por la paz” e imágenes religiosas.
El discurso del también presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano abrió con una cita de San Agustín sobre la Paz, que definió como “esa tranquilidad que gratifica cuando las cosas se encuentran en su sitio apropiado.
“Por desgracia en Morelos y el país no podemos estar tranquilos porque hay muchas cosas que no están en su lugar y por eso no tenemos la paz que nos merecemos”, expresó.
Abundó que justo por la falta de tranquilidad salieron a manifestarse las 120 parroquias de la diócesis, junto con los colectivos que buscan a personas desaparecidas.
Acusó que “la violencia, la inseguridad, la corrupción, la impunidad, la trata de personas, el cobro de derecho de piso, el narcotráfico, las extorsiones, la cultura de la muerte, el huachicol fiscal, las fosas clandestinas y los centros de exterminio nos siguen destruyendo.”
Aunque reconoció el trabajo de los gobiernos federal y estatal, quienes tienen una nueva estrategia para combatir la violencia, “no se ha logrado tener las condiciones para superar la inseguridad.”
En Morelos, denunció Ramón Castro, “tenemos el primado en feminicidios, despojo y robo de vehículos; el segundo lugar en homicidios dolosos y robo de autopartes; el quinto sitio en extorsión, secuestro y asalto a transporte público, y el sexto, en robo a casas.”
Es muy doloroso, manifestó, “escuchar el suplicio de feligreses de Cuautla, Huitzilac, Xochitepec, Puente de Ixtla, Amacuzac, Axochiapan y otras partes que pagan derecho de piso al crimen organizado.”
Añadió que “hay verdades que sabemos que lo son, no porque salen en las noticias, sino porque las vivimos en carne propia. El crimen organizado se ha infiltrado tanto que hace casi imposible no toparse con él, no importa a lo que te dediques.”
Aseveró que muchos funcionarios públicos hoy trabajan con riesgo, a pesar de que “la labor del gobierno está bastante desprestigiada por los niveles de corrupción y limitada por la falta de recursos”.
Por lo que preguntó: ¿Qué está pasando? …¿Por qué no reaccionamos y hacemos algo para revertir este diabólico flagelo?, ¿Por qué la ciudadanía muestra desinterés ante los hechos?, ¿Por qué no hemos hecho lo suficiente si constatamos que los gobernantes están rebasados, son incompetentes, están coludidos o sin ineficientes para realizar sus funciones?.
Finalmente refirió que la marcha “no es contra ellas o ellos (los gobernantes)”, a quienes les demandó resultados concretos en favor de la paz.