Conan y Red Sonja, los fúricos guerreros clásicos se revitalizan

Una campesina hyrkania marcada por la violencia y el abuso en manos de quienes asesinaron a su familia. Un bárbaro cimerio nacido en el campo de batalla que pasó de ladrón a esclavo y capitán.

Son Red Sonja y Conan, dos seres de origen humilde y menospreciados en un mundo de cultos insanosfortalezas profanas y ciudades decadentes, por el que deambulan monarcas perversos, asesinos sanguinarios, alquimistas avariciosos, seres resucitados, demonios despiadados y otras criaturas demenciales; que se sublevaron contra su propio destino hasta que haciendo retroceder ejércitos enteros se convirtieron en leyendas de la ficticia era de Hiboria, planteada por el escritor Robert E. Howard, ubicada mucho tiempo antes de las civilizaciones que conocemos.

Son dos de los máximos representantes del subgénero de la fantasía conocido como de Espada y Brujería, ese donde el acero, los músculos y el carácter se templan por igual para imponerse a la magia que, sin importar con qué fin sea usada, siempre tiene connotaciones malignas y suele conducir a fatales consecuencias.

Tras la aparición del primero como personaje literario allá por 1932, y la irrupción de ella como una reinvención perpetrada en 1973 para los cómics por Roy Thomas, a partir de una chica espadachín que se presentara en los libros del también creador del célebre bárbaro; por separado y con base a su paso en diversos medios que también incluyen el cine, las series y los videojuegos, estos dos guerreros únicos en su clase se han ganado un indiscutible lugar dentro de la cultura popular.

Sus encuentros han sido eventuales, pero aún así, revisar a la distancia la historia de su relación puede parecer exhaustiva y hasta generar cierta reticencia en los no iniciados con este tipo de aventuras. Sin embargo, basta darle un vistazo a títulos muy específicos, para no solo terminar enganchado por la tradición de la épica oscura que protagonizan hombro a hombro, sino para encontrarse con que su narrativa ha sido convenientemente revitalizada, y los han puesto al día para responder ante el actual y necesario reclamo de enfoques distintos a los modelos de personaje dentro del entretenimiento.

Tal es el caso del que hoy hoy nos ocupa y se titula simplemente Conan y Red Sonja, escrito por Gail Simone y Jim Zub, el cual tiene como primer gran acierto que evita los rodeos y de inmediato se concentra en la acción con episodios auto conclusivos pero guiados por una línea argumental de fondo, y que parten en escenarios que refieren a etapas emblemáticas de los personajes, luciendo una salvaje espectacularidad gracias a secuencias que explotan con viñetas a páginas enteras realizadas por Dan Panosian y Randy Green. Empezando por aquel que dimensiona su estatus de ladrones, a través de un primer encuentro furtivo producto de la intrusión en las entrañas de un castillo, misma que culminará con sangre real derramada a la sombra del lamentable espectáculo organizado para entretener a las masas, por un infame y lascivo domador de bestias, y que además nos regalará el clásico enfrentamiento entre héroes.

El siguiente pasaje comienza a tambor batiente con la espectacular batalla entre dos embarcaciones, que sirve para traer de regreso ese periodo en que nuestros protagonistas recorrían los mares como inusuales piratas. Es aquí en donde el salvajismo del combate cuerpo a cuerpo que no respeta género establece el tono de sus aventuras, además de que el cinismo del cimerio sirve para reflejar la visión estereotípica con respecto a las relaciones femeninas, para luego romperla.

Después está un tercer episodio que deja al descubierto el por qué su figura fue temida por reyes y súbditos, al ponerlos en medio de un coliseo recordándonos su pasado de esclavos mientras van dejando gladiadores de cara al sol. Esto para encaminarse a tener su primer acercamiento íntimo, el cual tiene motivaciones muy distintas y más trabajadas que las planteadas en otras ocasiones, resquebrajando la regla que antes pesaba sobre la Diableza de cabello rojo, y que hoy se escucha hasta políticamente incorrecta, y que dictaba que solo aquel que pudiera vencerla en combate podía aspirar a meterse entre sus piernas.

Por supuesto, la conclusión consolida a la pareja como un equipo sustentado en la disposición al sacrificio que exige el enfrentarse con poderosas fuerzas sobrenaturales, contando solo con sus manos encallecidas para romper cadenas y empuñar las armas, derramando la sangre de tiranos y criminales que a chorros ha alimentado su leyenda, una que hoy es recuperada para este disfrutable refrescante recuento publicado por Editorial Planeta en una edición de pasta dura con convenientes colores incandescentes.