La cifra de víctimas mortales por el terremoto magnitud 7.7 que sacudió el centro de Birmania el 28 de marzo aumentó a más de tres mil 400, mientras que los heridos superan los cuatro mil 800, según el último balance divulgado por la agencia oficial china Xinhua, que cita a la radiotelevisión estatal birmana MRTV.
Aproximadamente una semana después del sismo, las autoridades han confirmado tres mil 455 fallecidos, cuatro mil 480 heridos y 214 personas desaparecidas.
Sin embargo, medios como Democratic Voice of Burma reportan cifras superiores, con más de tres mil 900, cerca de seis mil heridos y 720 desaparecidos, aunque estos datos no han sido verificados oficialmente por la junta militar que gobierna el país.
El movimiento telúrico afectó también a zonas de China y Tailandia, pero su impacto más grave se registró en Birmania, un país que ya enfrentaba una profunda crisis política y social desde el golpe de Estado militar de febrero de 2021, el cual desencadenó un conflicto armado interno. Esta situación ha dificultado aún más las labores de rescate y asistencia humanitaria.
Al respecto, el Fondo de Población de Naciones Unidas (FPNU) advirtió que cerca de 175 mil mujeres embarazadas se encuentran en situación de riesgo al haber perdido el acceso a servicios esenciales de salud reproductiva. Las regiones más afectadas —Sagaing, Mandalay y la capital, Naipyidó— enfrentan escasez de medicamentos, agua potable, alimentos y refugios, según un comunicado de la ONU.
Para atender la emergencia, el FPNU ha destinado 456 mil dólares de su Fondo de Emergencia y desplegó equipos de respuesta rápida en Mandalay. Estos equipos, en coordinación con socios humanitarios, distribuyen kits de higiene y de parto seguro.
Además, una clínica flotante volvió a operar en Mandalay, mientras que tres unidades móviles prestan atención médica en las zonas más afectadas.
Sin embargo, las dificultades de acceso, la falta de electricidad y los daños en la infraestructura han complicado la entrega de ayuda.
Por ello, el FPNU ha instado a la comunidad internacional a reforzar el apoyo humanitario y garantizar el acceso sin restricciones a las poblaciones damnificadas, conforme a los principios humanitarios internacionales.