Agricultores bloquean y hacen quemas en las autopistas principales de Francia

Los agricultores, que desde hace ocho días protestan en Francia para denunciar una situación económica insostenible, paralizaron este viernes varias autopistas clave y amenazaron con bloquear París, antes de las esperadas respuestas del gobierno a sus reivindicaciones.

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El presidente liberal Emmanuel Macron enfrenta su primera gran crisis desde el nombramiento como primer ministro de Gabriel Attal, quien debe anunciar un «arsenal» de medidas para responder a la ira de los agricultores durante la visita este viernes a una explotación ganadera del sur de Francia. Pero a la espera de estos anuncios, los agricultores ya empezaron a bloquear las autopistas, como la A1 que conecta París con el norte de Europa, y amenazan con interrumpir la circulación de las principales carreteras que rodean la capital a partir de esta tarde.

 

 

«Creo que quizás tendremos hoy una respuesta (…) Pero mientras no tengamos todas las respuestas, no levantaremos el campamento», dijo Pierre Lambin, un trabajador agrícola de 43 años que pasó la noche en la barricada levantada en la A1 cerca de Lille (al norte del país).

 

 

Otras dos importantes autopistas del sur de Francia, que conectan la ciudad de Lyon con España, también se cerraron el viernes por la mañana a lo largo de 400 kilómetros, algo «nunca visto», dijo la empresa concesionaria Vinci Autoroutes. La determinación del mundo agrícola es firme. «Nuestro trabajo es cultivar y producir alimentos, no molestar a la gente, pero hoy nos jugamos nuestra propia supervivencia», dijo a la cadena BFMTV el presidente de la Cámara de Agricultura de la región de París, Christophe Hillairet.

La ira de los agricultores se tradujo en los últimos días en un abanico de acciones: bloqueo de carreteras, vaciado de camiones con importaciones españolas y marroquíes, vertido de estiércol ante prefecturas, ataque con un fardo de paja a un restaurante McDonald’s, etc.

La agricultura es un sector culturalmente importante en la séptima economía mundial, pese a que su peso en el Producto Interno Bruto retrocedió fuertemente desde el 18.1% en 1949, en el período de reconstrucción posterior a la Segunda Guerra Mundial, al 2.1% de 2022, según datos oficiales.

Las reivindicaciones de los agricultores son variadas, dependiendo del sindicato que las realiza: ayudas económicas a sectores en crisis como la avicultura, golpeada por la gripe aviar; reducción del precio del diésel de uso agrícola y menos trámites administrativos, entre otros. La Unión Europea también está en el punto de mira del sector por su estrategia para luchar contra el cambio climático, que incluye medidas como un menor uso de pesticidas, y por el impacto en la agricultura de los acuerdos comerciales, como el negociado desde hace 20 años con el Mercosur.

 

El primer sindicato agrícola francés, la FNSEA, pidió así una moratoria sobre la prohibición de pesticidas, una demanda que alarmó a los ecologistas. La Confederación Campesina, el tercero, pone el foco en la remuneración y pide el fin de los acuerdos comerciales. El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, reconoció el jueves que la «actual crisis de la agricultura europea» podría representar un «obstáculo» para la aprobación del acuerdo entre la UE y el Mercosur. El bloque sudamericano desea no obstante sellarlo lo antes posible.

Las protestas agrícolas, que también se registraron en Polonia, Alemania y Rumania, se producen a unos cuatro meses de las elecciones al Parlamento Europeo, institución clave para fijar las normas medioambientales del bloque. La extrema derecha lidera los sondeos en Francia.